Encuentro con Agustí Jardí Margalef, uno de los redactores de la clasificación GuBIMClass

«La mejor forma de gestionar una base de datos es mediante la utilización de una clasificación, que permite la gestión de esos datos con un conjunto de criterios uniformes y tipificados»

Para la correcta gestión de los objetos BIM, es necesario utilizar elementos estructurados mediante un sistema de clasificación. BIM&CO, la plataforma de gestión de contenidos para el modelo digital, presente en el mercado español, no tardó en interesarse por las necesidades locales y empresariales, y por el tema de las clasificaciones en particular.

En España, se ha creado una clasificación para responder a las necesidades de los usuarios, y BIM&CO ha decidido ponerla a disposición de toda su comunidad española. De hecho, desde 2014, el grupo de usuarios BIM de Cataluña, GuBIMCat, propone para cada rama de la clasificación un modelo cuya base es conocida y compartida. El objetivo es satisfacer las necesidades del sector AEC (Arquitectura, ingeniería y construcción).

A diferencia de los anglosajones, cuyas diferentes clasificaciones son reconocidas en todo el mundo -como OmniClass (EE.UU.), Uniformat (EE.UU.), Masterformat (EE.UU.), Uniclass 2015 (Reino Unido), etc.-, en España, los objetos se clasifican tradicionalmente con el fin de obtener nomenclaturas de elementos constructivos.

BIM&CO persigue un enfoque de multiclasificación. Estamos convencidos que las necesidades de cada perfil profesional, proyecto y país no pueden traducirse en una única clasificación. Mediante la integración de la clasificación GuBIMClass, la plataforma BIM&CO garantiza que los usuarios que descarguen productos del fabricante puedan trabajar con otros usuarios que utilicen estas diferentes clasificaciones. Es el perfecto punto de partida para iniciar un proyecto de colaboración.

Y hablando de puntos de partida, volvamos al origen de esta clasificación con Agustí Jardí Margalef, uno de los impulsores del proyecto.

BIM&CO: ¿para qué sirve una clasificación?

AJM: Los sistemas de clasificación ya hace mucho tiempo que se empezaron a utilizar. El primer sistema de clasificación se ideó en Suecia, en el año 1950 y se denominó SfB. La necesidad de tipificar y estandarizar apareció antes que la aparición del propio CAD – Diseño asistido por Ordenador.

Con el desarrollo de la metodología BIM en los últimos años la necesidad de utilizar sistemas de clasificación ha cobrado más importancia. A partir del 2010 los sistemas de clasificación más importantes han sido revisados y evolucionados. Esta necesidad más allá del BIM, también ha venido motivada por la evolución de las normas ISO. La ISO 10006-2 “Organization of Information about Constructions works – Part 2: Framework for Classification of Information”, ha servido de referencia para la elaboración de la Omniclass y la Uniclass 2015, los sistemas de clasificación más usados.

Si la herramienta principal de uso de la metodología BIM son los ordenadores y las aplicaciones informáticas, las máquinas para entenderse deben de tener un código que les permita comunicarse. Las máquinas carecen de la capacidad de interpretar sinónimos, expresiones coloquiales o diferentes términos en función del contexto en el que se utilicen. Es imprescindible acordar un sistema de identificación y clasificación para que los ordenadores se puedan entender, sin dar lugar a interpretaciones subjetivas.

Es necesario comentar que los sistemas de codificación alfanuméricos permiten a las diferentes aplicaciones que gestionan bases de datos, de una manera fácil y rápida, insertar, extraer y organizar la información. Este es el principal motivo por el cual se utilizan números para codificar la información.

Por otro lado, un sistema de clasificación debe de ir más allá de la comprensión de las máquinas en temas de gestión. El sistema nos permite tener un marco y un lenguaje por parte de los agentes que participan en un proyecto a la hora de poder especificar las necesidades y requerimientos en función de los elementos que se deben de desarrollar en el prototipo virtual. Nos sirve de esqueleto en el desarrollo de los BEP (Plan de Ejecución BIM) y tipificar las necesidades particulares de nuestro proyecto.

BC: ¿porque se llegó a su redacción? ¿se identificó una necesidad?

AJM: La inquietud de los usuarios que en diferentes reuniones se empezó a poner de manifiesto fue determinante para canalizar los primeros pasos.

Se puso de manifiesto en diferentes encuentros la necesidad de clasificar los elementos que forman un modelo BIM. Los usuarios teníamos claro, que la mejor forma de gestionar una base de datos (una de las definiciones que siempre acompañan al BIM) es mediante la utilización de una clasificación, que permite la gestión de esos datos con un conjunto de criterios uniformes y tipificados. Esa necesidad y curiosidad de los usuarios proporcionó el inicio de la creación de un grupo de trabajo específico de clasificación.

La andadura se inició con el análisis de los actuales sistemas de clasificación existentes: principalmente Uniformat II, OmniClass y Uniclass 2015.  En ningún momento se quería hacer algo nuevo, solo analizar y “trastear” lo existente.

La conclusión fue que las clasificaciones de origen Anglosajón existentes, no terminaban de encajar con nuestra forma de desollar los proyectos, atendiendo a una tradición y cultura constructiva diferente.

BC: ¿cómo se redactó? ¿en base a que estándar o que criterios?

AJM: La iniciativa empezó a tomar forma cuando se lanzó un primer borrador y esqueleto, que algunos usuarios utilizaron en proyectos piloto. Este borrador estructurado por capítulos inicial fue la base del desarrollo posterior.

Como todo proyecto colaborativo, en donde diferentes usuarios apasionados se conjuntan para acometer un trabajo, la correcta organización y comunicación de los miembros fue esencial.

El uso de herramientas de comunicación eficientes como Trello y Slack proporcionó un escenario comunicativo ideal en donde los usuarios pudieron adaptar sus horarios y dispersión geográfica para aportar.

La organización se estableció en que en cada uno de los capítulos se asignaron diferentes usuarios y un coordinador para desarrollar los códigos y elementos.

Finalmente se realizó una etapa de repaso y consenso y equiparación global de conceptos, tanto de forma online como de forma presencial.

BC: ¿quién la está adoptando y cuál es su futuro?

AJM: En primer lugar, la adoptaron los propios usuarios que la idearon, pero en paralelo diferentes administraciones de Catalunya la adoptaron como propio: Infraestructures.cat, Incasol (Institud Català del Sòl, Ajuntament de Barcelona,…)

También diferentes promotores privados la están adoptando, así como en diferentes proyectos del territorio nacional.

BC: ¿va a acabar siendo una clasificación a nivel nacional?

AJM:  Solo los usuarios y las diferentes administraciones a nivel nacional lo dirán. Creemos que solo si les es útil, y desde Gubimcat nos gustaría que así fuera, la adoptaran como suya. No tiene ningún sentido clasificar por clasificar, sino hacerlo para mejorar la eficiencia en la gestión y generar valor añadido en los procesos de gestión. Nos debe de ayudar a hacer mejor nuestro trabajo.

Nos gusta decir que no existe un sistema perfecto de Clasificación. Ni por temas culturales, ni por dar respuesta al correcto desarrollo de un uso del BIM en particular. No es lo mismo clasificar por elementos, por funciones, por materiales, por actividades, por sistemas… etc. De la misma forma tampoco es lo mismo, presupuestar, que coordinar o que gestionar un mantenimiento. Son diferentes utilizaciones del BIM. Por lo tanto para poder llegar a satisfacer una necesidad concreta no se puede ser genérico, ni mezclar tipificaciones.

También, un elemento de un modelo se puede multiclasificar, con lo que podemos realizar una gestión múltiple utilizando diferentes sistemas de clasificación. De esta forma tenemos más amplitud de miras y podemos llegar a tener un mayor recorrido. Aunque la informática es Binaria, nadie nos indica que solo se debe usar en un modelo una sola forma de clasificar o tipificar.

No obstante, Gubimclass pretendió abrazar lo máximo posible unas necesidades de gestión globales de acuerdo a nuestra cultura y tradición constructiva.

BC: ¿Eso va permitir mejorar la interoperabilidad entre los diferentes softwares?

AJM: Depende de lo que entendamos como interoperabilidad y de lo que pretendamos. La capacidad de comunicación entre softwares mediante el uso de estándares abiertos o personalizados adhoc entre diferentes desarrolladores de software no tiene nada que ver con una forma de clasificar o tipificar objetos.

No obstante, si lo que se pretende dentro de la interoperabilidad es el hecho de aprovechar la información en tema operativo de una base de datos y utilizar esa información, entonces puede ayudar: tanto la Gubimclass como otra forma de clasificar.

BC: ¿La clasificación irá mejorando/actualizándose según las necesidades?

AJM: La Clasificación en su inicio se ideó en base a la experiencia de los usuarios. A medida que el conocimiento del usuario va avanzando, como el propio desarrollo de los usos del BIM en diferentes tipologías de proyectos y en general, el conocimiento del BIM va en aumento le confiere un paralelismo. La propia clasificación para mantener su utilidad a los usuario debe de estar siempre en proceso de mejora constante. Por esta razón se irá mejorando con las aportaciones de todos los interesados.

Las aportaciones de los usuarios son y serán la base de este sistema. Además, la necesidad y actual desarrollo del BIM en materia de infraestructuras lineales que van más allá de la edificación también implica dar respuesta a esas necesidades. Con lo que los usuarios van a empezar a acometer esos aspectos que, de una forma u otra, no se abordaron en el inicio. El consenso entre todos los agentes que participen ya nos indicará la forma final de desarrollarlo.